DE 1542
Durante años hemos estado preguntándonos que fue del escudo de piedra del año 1542, que tantas veces es mencionado en los libros del Solar de Tejada.
En las diversas visitas que la Real Chancillería de Valladolid realizó a nuestro Solar, siempre realizaba una descripción completa de su continente y su contenido.
En el año 1720, es enviado por dicha Chancillería, D. Fernando de Cevallos Campuzano, el cual describe el escudo que en ese momento se encontraba colocado en la fachada principal, que mira al mediodía, como un escudo de piedra de 1542.
El 1 de agosto de 1752, el Señor D. Juan Xavier Cubero, del Consejo de su Majestad y Alcalde de los Hijosdalgo más Antiguos de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, realiza la visita ocular y reconocimiento del Solar de Tejada. En esta ocasión, cita como en el frontis de la casa que mira a oriente, se encuentra un escudo de alabastro y al pasar al interior, en su sala principal, entre los elementos descritos, está el escudo antiguo que la casa tenía en su frontis principal, con la inscripción del año 1542.
También, en los distintos inventarios que periódicamente se realizaban de los enseres de la casa, aparece citado durante unos años, el escudo de piedra de 1542, hasta que a finales del siglo XVIII, desaparece de la relación de enseres.
Durante años, en varias Juntas y en muchas conversaciones entre diviseros, nos preguntamos qué fue de aquel escudo. Se especulaba con que quizá acabo vendido o robado, o simplemente roto y deteriorado, el caso era que el escudo ya no estaba.
Sin embargo, estando revisando el gran desconocido que tenemos en el Solar de Tejada, nuestro Archivo, encontré, y por casualidad, una pequeña anotación de apenas línea y media, que despejaba en ellas, el destino final de nuestro escudo más antiguo.
Dichas armas fueron vendidas, en el año de 1775, a D. Diego Jacinto Hernández Santa Cruz y López, Señor de Tejada en 1784, Coronel de Milicias de la Ciudad de Toro, en América, Familiar y Alguacil Mayor del Santo Oficio de Cartagena de Indias, natural y vecino de Lumbreras de Cameros.
Con estos datos, el siguiente paso que debía seguir, era la búsqueda física del escudo, lo cual me fue más sencillo, pues al comprobar los escudos de armas, de las casas de Lumbreras de Cameros, allí encontré nuestra piedra armera, colocada en una de sus fachadas.
Esta es una de las muchas incógnitas, que tras la digitalización del Archivo, que próximamente estará disponible, para su consulta y estudio, en nuestra web, podrán quedar resueltas y así ayudarnos a entender el origen, los cambios históricos en el Solar y cuestiones a las que ahora no les encontramos explicación y que están casi todas en casa, en nuestro rico archivo.
Tomás Rubio de Tejada y Fernández